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carta, correo, correo electrónico, correo ordinario, correo postal, email
Hace unos días tuve una conversación que transcurrió aproximadamente así:
– Por favor, mándeme la documentación por correo ordinario – me pide solícito mi interlocutor –
– Muy bien, pues se lo envío por email – contesté yo –
– Caballero, no tenemos email. Mejor por correo ordinario
– Para mi «lo ordinario» es mandarlo por email, por eso le decía…
– Pues no señor, el correo ordinario siempre ha sido el postal
– Pues va a tener que cambiarle el nombre, porque ahora mismo lo ordinario es lo electrónico. Pero no se preocupe, se lo envío por correo postal… que no ordinario.
– Muy bien, muchas gracias
– Gracias a usted