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Hace poco más de 10 años que existe Youtube (desde este primer vídeo de Abril de 2005) pero parece que lleva ahí toda la vida. Su popularización a nivel global ha hecho que el vídeo forme parte de nuestras vidas más allá del televisor. Youtube es el canal de televisión global.

Pero conseguir semejante éxito no fue sencillo. Youtube fue el resultado de múltiples factores. Por una parte, Youtube fue posible gracias a la suma de varios avances técnicos como la compresión para transmitir un flujo de vídeo por canales de baja capacidad, la compatibilidad del reproductor con dispositivos, navegadores y sistemas operativos y la facilidad para la publicación de este tipo de contenido. De forma paralela, la expansión de software de edición asequible más la popularización de cámaras diseñadas para el ámbito digital (desde la gama GoPro a los smartphones con altas capacidades de grabación), democratizaron la capacidad para generar vídeo por parte de cualquier persona. Podemos decir que Youtube llegó en el momento adecuado.

En nuestro mundo pre-Youtube, el vídeo era un reducto de profesionales de la televisión y el cine. Youtube (y otros servicios similares) nos facilitaron al extremo la edición y publicación de vídeo y por eso las nuevas generaciones de nativos digitales ven este formato como algo natural. El vídeo se ha convertido así en un estándar asequible a cualquier bolsillo y ha provocado nuevos estilos, formatos, tendencias e incluso profesiones, que no podríamos ni imaginar hace 10 años.

AuronPlay tocandose el pelo
Por ejemplo, todos conocemos ya el éxito de los youtubers. Si has cumplido los 40, el fenómeno youtuber no va contigo. No eres su target, así que no le encontrarás ninguna gracia a sus obras. Es otro síntoma más del salto generacional, pero su éxito y su poder de influencia es innegable. Ser youtuber no es fácil, pero tampoco era fácil hace 20 años ser escritor, músico o actor. Unos pocos dan con la clave y se convierten en figuras reconocidas que mueven masas y generan centenares de miles de visionados, mucho más que programas consolidados de televisión. Lo entiendas o no, le veas la gracia o no, el youtuber es el nuevo artista, el nuevo influencer.

Unboxing de juguetes
Otro ejemplo, el unboxing: abrir por primera vez la caja de un producto ante la cámara, contando lo que te encuentras con gracia y soltura. En particular, me sorprende el unboxing de juguetes. Leo en este artículo que el canal DC Toys Colector ingresó casi 5 millones de dólares durante el 2014. Sus vídeos de 10 minutos me parecen infumables, pero cuando he buscado por curiosidad profesional su canal de Youtube, he visto que en mi tablet figuraban como «vistos» algunos de su vídeos. Mi hija ya los había visto.

Costa, Natos y Waor, colarse en el metro
Un último ejemplo de esta “generación Youtube”. El hip hop, genero musical muy cercano al público más joven, arrasa en Internet. Los MCs valoran tanto la composición de un buen tema como el vídeoclip que le acompaña. Saben que la televisión es ajena a su música y que pueden cosechar un éxito inmenso limitándose a canales online.

El escándalo, que siempre ha sido utilizado como una herramienta de marketing, ha mutado desde la perspectiva de la televisión a la de Internet y suceden cosas como ésta: la Policía actuará de oficio ante el nuevo videoclip de los raperos Costa, Natos y Waor, por cometer actos delictivos como colarse en el metro, orinar en la calle o fumar en el transporte público, aunque por los más de 6 millones de visionados que acumulan, puede que les haya merecido la pena.