El pasado 17 de Diciembre asistí a una sesión técnica titulada «Metodologías naturalistas en el ámbito de la investigación» organizada por la Dirección General de Tráfico. Así en frío, cabe pensar que qué pintaba yo en un sitio así, pero había dos buenas razones. La primera de ellas, que quería escuchar ideas relativas a la investigación de interfaces fuera del ámbito web, en el que normalmente trabajamos en mi empresa. Salir de tu ámbito de trabajo habitual te puede dar una visión más amplia que ayuda a la hora de enfrentarte a nuevos proyectos. La segunda razón, es que una de las ponentes era Henar Vega, que además de una gran profesional es mi hermana ;-)
La metodología naturalista (o naturalística) trata de obtener conclusiones a partir de la observación no intrusiva de los usuarios de un sistema. En el ámbito concreto de la seguridad en la conducción que se trataba en la sesión, la metodología evalúa si un factor es peligroso junto a la probabilidad de que dicho factor ocurra. Digamos que si un factor es muy peligroso pero apenas aparece en las muestras, se puede considerar como no relevante.
En el ámbito del estudio de interface, la observación de conductas sobre un simulador puede ofrecer conclusiones erróneas por el simple hecho de que las conductas pueden no ser espontáneas. Ese efecto es el que la metodología naturalista trata de eliminar. Lo ideal sería reducirla a cero, pero la realidad es que algunos investigadores afirman que conseguir conductas completamente espontáneas es imposible. Tenemos que ser conscientes de que siempre existe un sesgo de selección importante y que incluso los voluntarios que se ofrecen para este tipo de programas encajan con dos tipos de perfiles: personas motivadas por la temática del estudio y frikis tecnológicos apasionados por colaborar en cualquier avance técnico.
La metodología suele arrancar con un briefing de lanzamiento donde se presenta el proyecto a los voluntarios. Este briefing debe cumplir una doble función: motivar a los voluntarios para que sean conscientes de la importancia que los resultados puedan tener en el ámbito de actuación del estudio y al mismo tiempo, no desvelar demasiada información que pueda influir en su comportamiento. A partir de ese momento, su actividad quedará registrada mediante sensores, sondas, grabaciones de audio y vídeo, etc.
Me resultó curioso un dato relativo a los resultados: en la mayoría de los estudios, gran parte de los eventos considerados anómalos y susceptibles de revisión en detalle, suelen ser protagonizados por un pequeño grupo de individuos, es decir, siguen la Ley de Pareto o regla del 80/20.
Otro dato curioso: el volumen de datos generado por la metodología naturalista es enorme. El análisis de dichos datos es por tanto una tarea compleja y sería sin lugar a dudas, un ámbito ideal para la aplicación de algoritmos Big Data.
Finalmente me gustaría destacar las implicaciones que este tipo de metodologías pueden tener en el ámbito de la privacidad y la protección de datos porque no hay que olvidar que estamos capturando datos de comportamiento y España es uno de los países con legislación más restrictiva al respecto.
Sin duda, fue una jornada interesante y un soplo de aire fresco en mi actividad profesional habitual.
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