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Mi última colaboración del año en el programa Afterwork de Capital Radio la dedicamos a hablar de la historia del selfie y su consecuencia más extrema, las personas que fallecen por culpa de una fotografía. El tema surgió hace unas semanas, cuando publiqué esta imagen en mi Instagram en la que posaba junto a una vaca (aunque parecía un toro).

La imagen que acompaña este post es de Angela Nikolau, una modelo especializada en selfies extremos que habitualmente posa en el borde de las cornisas de rascacielos o encaramada en antenas, grúas o pararrayos. Visita su Instagram para que se te pongan los pelos de punta. Solo es un ejemplo de los muchos chavales que se hacen fotografías en sitios imposibles.

Si buscamos en Google, nos encontraremos noticias espeluznantes como estas: “Un joven británico es decapitado por las palas de un helicóptero por hacerse un selfie”, “Un turista cae en el cráter del volcán Vesubio por hacerse una selfie extrema”, “Muere la ‘influencer’ Sophia Cheung por hacerse una foto arriesgada al borde de una cascada”. Pero ¿cómo empezó esta costumbre de hacernos selfies?

Un poco de historia (del selfie)

Se considera que el selfie más antiguo es del inventor Robert Cornelius, que se tomó esta fotografía en 1839. La tecnología de la época le obligó a estar quieto unos 15 minutos para poder tomar la foto con una mínima nitidez.

A principios del siglo XX, con el desarrollo de fotografía, muchas personalidades empezaron a hacerse fotos frente al espejo. Por internet circula un selfie de Frank Sinatra en 1938 o de George Harrison en la India en 1966 sujetando la cámara frente a él. También en 1966 el astronauta Buzz Aldrin se hizo un selfie espacial durante la misión Gemini XII.

Pero el concepto de selfie no llegaría a generalizarse hasta la llegada de los móviles con cámara. El primer móvil con cámara fue un Sharp en el año 2000 y los primeros móviles con cámara frontal, específica para selfies, llegaron en 2003. Concretamente un Sony Ericsson y un Siemens. Cuando la cámara frontal en los móviles se popularizó, llegó la auténtica revolución selfie. Hasta el punto de que en 2013, “SELFIE” fue la palabra del año por el Diccionario Oxford, definida como “un autorretrato tomado con un teléfono inteligente o una cámara web y compartida en las redes sociales”.

En 2013 personalidades como Barack Obama o el Papa se hicieron sus primeros selfies y en 2014, la presentadora de los premios Oscar, Ellen DeGeneres, dijo que quería tener la foto más retuiteada de todos los tiempos. Para lograrlo, hizo un selfie con los actores Bradley Cooper, Jennifer Lawrence y Meryl Streep. Consiguió el record y lo mantuvo 3 años.

También en 2014 se popularizo el “palo de selfie” en todo el mundo, aunque la patente del Selfie Stick se registró 9 años antes en USA.

En estos últimos años, se estiman 93 millones de selfies al día, unos 65000 selfies por minuto.

¿Por qué nos hacemos selfies?

Las razones tienen que ver con la construcción de la identidad, especialmente en la etapa adolescente, con llamar la atención por puro narcisismo, o con la búsqueda de la aprobación de los demás, con expresiones tanto cuando estamos muy felices como todo lo contrario (buscando el apoyo en los momentos más bajos).

En el caso de los selfies más extremos y según los expertos en psicología clínica, el desarrollo de la parte del cerebro que controla el riesgo no se completa hasta los 20-24 años. Por eso muchos jóvenes no son conscientes del peligro y pesan más las cuestiones relacionadas con el narcisismo y la identidad.

Además hay una vertiente adictiva al riesgo, como circular a gran velocidad en una moto o hacer deportes extremos como la escalada, el puenting, etc. Todas las reacciones químicas y hormonales que se desatan en nuestro cuerpo tienen un impacto similar al de las drogas.

Como consecuencia de arriesgar en exceso en la búsqueda del selfie más espectacular, en los últimos 15 años se han sucedido los accidentes graves y los fallecimientos.

Muerte por selfie: los datos

Este estudio de la Fundación iO, establece que desde el 2008, la búsqueda de selfies extremos ha matado a 379 personas. Una persona cada 13 días.

Las principales causas son (por este orden): caídas desde alturas, medios de transporte, ahogamientos, manipulación de armas, electrocuciones, saltos de agua e intervención de animales.

La edad media de los fallecidos es de 24 años. Un 58% son hombres y un 42% mujeres.

Por países, España ocupa el sexto lugar como destino con más fallecidos por selfies, después de India, USA, Rusia, Pakistán y Brasil. Que estemos tan arriba en este ranking tiene que ver con otro dato importante: el 37% de los fallecidos estaba de viaje (eran turistas) y España no deja de ser una potencia turística que recibe millones de visitantes cada año.

Algunos consejos para evitar riesgos

Acabamos el programa con algunos consejos para evitar riesgos. La realidad es que todos son bastante obvios, pero si conseguimos concienciar a algunos padres sobre lo que están haciendo sus hijos y evitamos algún accidente, nos sentiremos satisfechos.

  1. Cuidado con los animales salvajes y no descuidarnos tampoco con los domésticos y de granja
  2. Alejarse del tráfico y de las vías de tren
  3. Evitar distracciones al volante
  4. Estar muy atentos en zonas de riesgo (cascadas, entornos naturales) y también en alturas
  5. No forzar más de la cuenta en actividades deportivas, especialmente las acuáticas
  6. Respetar la intimidad de las personas que nos acompañan en un selfie

El programa completo sobre la historia del selfie y sus accidentes está disponible durante unos días. Mi intervención desde el minuto 8.

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