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El pasado jueves despedí la temporada en Capital Radio (espero que mi última entrada por teléfono) hablando de las consecuencias que podía traer la eliminación del dinero en efectivo. El tema surgió a raíz de la noticia del pasado mes de Junio en la que el PSOE iniciaba proposición no de ley para la eliminación gradual del pago en efectivo, con el horizonte de su desaparición definitiva. Dicha proposición no conlleva implicaciones a corto plazo, si bien los técnicos de Hacienda están trabajando para introducir una nueva reducción de los pagos en metálico de 2500 a 1000€.

Según datos de Loomis, la compañía de transporte de efectivo, el 75% de las operaciones monetarias se hacen con dinero en efectivo pero mueven menos del 50% del volumen total.

Si se llevase a cabo la eliminación del efectivo, entraríamos en un nuevo escenario con implicaciones de lo más diverso. A continuación algunas reflexiones sobre este escenario teórico que comentamos en el programa.

1.- Es más fácil llevar el control de nuestros gastos con dinero en efectivo

Las tarjetas de débito y crédito son más complejas de gestionar, especialmente aquellas que tienen liquidaciones en diferido. Además, el efectivo nos ayuda a la contención del gasto, ya que nos cuesta más pagar con billetes y monedas.

2.- Ventajas y desventajas ante un robo.

El dinero en efectivo es un documento al portador. Si perdemos dinero o nos lo roban, no hay nada que podamos hacer. Sin embargo, con una tarjeta, podemos cancelarla con una simple llamada bloqueando nuestros ahorros. También es muy sencillo reponerla de inmediato.

3.- El efectivo es el único medio de pago público que existe.

No hay que olvidar que el dinero en efectivo y su utilización son gratuitos. Las tarjetas pueden tener cuotas anuales que en algunos casos pueden llegar a ser muy elevadas. Usar pago con tarjeta favorece principalmente a las firmas de medios electrónicos. Por eso es que hay un gran interés por parte de los medios de pago en eliminar el efectivo y convertirse en un sector absolutamente imprescindible.

4.- El pago con tarjeta es más higiénico.

Este aspecto ha cobrado especial relevancia durante el confinamiento, ya que se entendía que los billetes y monedas podían ser transmisores del COVID. Por ello, se aumentó el umbral de pago sin necesidad de introducir claves en las tarjetas e incluso se prohibió el pago en efectivo en muchos lugares.

Independientemente del COVID, hay diversos estudios en los que se concluyen que las monedas y billetes contienen una cantidad ingente de bacterias que pueden transmitir infecciones, algunas de ellas potencialmente dañinas para el ser humano como la Klebsiella y la Enterobacter.

Además, el 94% de los billetes que circulan en España contienen restos de cocaína. Curiosamente, somos el país europeo que lidera este ranking. Un record del que no deberíamos estar muy orgullosos. Como curiosidad, si sumáramos los restos de todos los billetes, juntaríamos alrededor de 80kg de cocaína.

5.- La transacción electrónica ayuda a luchar contra el dinero negro

Esta es una verdad a medias. Es obvio que la eliminación de los pagos en efectivo acabaría con la mayoría de los pagos en B. Pero la realidad es que el gran fraude fiscal se encuentra en los paraísos fiscales, las estructuras societarias complejas y en todos los llamados delitos económicos o de guante blanco. Además, no existe una vinculación directa entre porcentaje de utilización del efectivo y los niveles de economía sumergida. Por ejemplo, Alemania es el país con mayores niveles de uso del efectivo y, al mismo tiempo, una economía con bajísimos niveles de fraude.

6.- El pago con tarjeta obligatorio perjudicaría a los más vulnerables

La eliminación del efectivo perjudica a la población no-bancarizada (personas mayores, habitantes de medios rurales, migrantes, etc). El efectivo facilita su participación y su inclusión en la sociedad.

7.- El efectivo es el único medio de pago que garantiza el anonimato

Quizás, el aspecto más importante a tener en cuenta es que en el momento en el que realizamos un pago electrónico, el movimiento queda completamente registrado: quién paga, quién recibe, en qué hora/lugar, en qué concepto, etc. Este registro ayuda a evitar fraudes pero también destruye nuestro anonimato. Siempre habrá organismos públicos y privados que sabrán en qué hemos gastado nuestro dinero, con las connotaciones legales, fiscales y personales que ello conlleva.

El programa completo está disponible aquí. Mi participación a partir del minuto 44.