Etiquetas
Afterwork, Arthur Clarke, Capital Radio, Gordon Moore, Henry Markram, Human Brain Project, John von Neumann, Ley de Moore, Rafael Yuste, Ray Kurzweil, Singularidad Tecnológica, Vernor Vinge
El pasado jueves asistí a mi cita mensual en Capital Radio, en el programa #Afterwork de Eduardo Castillo. Este mes hemos hablado del futuro de la tecnología a través del concepto de “Singularidad Tecnológica”. Un tema muy futurista que considero apasionante. ¡Menudas caras que ponía Eduardo según iba exponiendo el tema! Una pena que no se vean en la radio :-) Y mención especial para Dani Mateos, a los mandos del control técnico de #Afterwork, que nos presentó con este temazo de mi banda favorita Nine Inch Nails.
Os resumo a continuación lo que hablamos aunque como siempre, el programa estará disponible durante unos días aquí.
¿Qué es la Singularidad Tecnológica?
La Singularidad Tecnológica (ver también la entrada en Wikipedia) hace referencia a un hipotético evento futuro en el que el desarrollo de la tecnología llegaría a un punto en el que sería tan avanzado y tan rápido que ningún ser humano sería capaz de entenderlo, generando así una situación completamente nueva para el ser humano.
Cuando hablamos de «tecnología» nos referimos a la suma de diversas disciplinas como computación, inteligencia artificial, redes neuronales, machine learning, algoritmos de big data…
El término se atribuye a John von Neumann, matemático y físico húngaro, en 1958, aunque fue popularizado por Vernor Vinge, matemático y autor de ciencia ficción, en su libro “La guerra de la paz” de 1984.
Las 3 fases para alcanzar la Singularidad Tecnológica
Fase I: Los ordenadores llegan a un nivel de capacidad de computación similar al cerebro humano
Fase II: Alcanzado este momento, los ordenadores tendrán la inteligencia para mejorarse a si mismos, iniciando un proceso de mejora exponencial
Fase III: El crecimiento sería tan rápido que la inteligencia artificial alcanzada sería imposible de entender para el ser humano.
¿Esto es real o ciencia-ficción?
Existen varias teorías que sustentan la base de la Singularidad Tecnológica:
1.- La Ley de Moore, establecida en 1965 por el cofundador de Intel, Gordon Moore, nos dice que cada dos años se duplica el número de transistores en un microprocesador. Se ha venido cumpliendo de forma más o menos regular hasta nuestros días y es lo que ha permitido un avance exponencial en el desarrollo de ordenadores personales y dispositivos móviles.
2.- Existen dos grandes proyectos centrados en la investigación intensiva del cerebro: El Human Brain Project, impulsado por la Unión Europea y financiado con 1000 millones de € y el Proyecto BRAIN, impulsado por la Administración Obama, dirigido por el español Rafael Yuste y dotado con 1500 millones de $. En ambos casos, investigan el cerebro humano con el objetivo de poder trasladarlo a un modelo informático artificial. Henry Markram, director y coordinador del Human Brain Project dijo en el año 2009: “No es imposible construir un cerebro humano, y podemos hacerlo en 10 años”.
3.- Ray Kurzweil, científico, futurista e ingeniero jefe de Google, añadió “Aunque la potencia bruta del cerebro humano pueda alcanzarse en un ordenador en 2019, serán necesarios otros 10 años más para que esa potencia tenga capacidades reales similares a la del cerebro humano”. Por tanto, podemos hablar que una inteligencia artifical podría superar al cerebro humano entorno al año 2029, cubriendo así la primera fase de la Singularidad Tecnológica. Las previsiones de cumplir las 3 fases nos llevarían a algún punto en la parte central del siglo XXI, es decir, algo así como el año 2050.
Opositores a la Singularidad Tecnológica
También hay numerosas voces críticas respecto a la posibilidad de que la ST pueda ser una realidad. Sus críticas se basan en:
1.- Cuando una civilización alcanza un desarrollo tecnológico tan acelerado, agota sus recursos y tiende al colapso. Esto haría que fuese más difícil el mantener el nivel de desarrollo para alcanzar la ST.
2.- Si la tecnología es capaz de cubrir gran parte de los trabajos, se provocaría un desempleo masivo y una gran caída de la demanda, que a su vez acabaría con el incentivo para seguir invirtiendo en más tecnología y alcanzar la ST.
3 – Junto al crecimiento de las máquinas, los humanos también podrían avanzar biológicamente o artificialmente para seguir el ritmo de la tecnología, impidiendo así que se alcanzara la ST.
Y acabamos el programa con varias citas, aunque quizás ésta de Arthur Clarke, escritor británico de ciencia ficción, pueda ser muy esclarecedora:
“Cuando un científico de prestigio afirma que algo es posible, es casi seguro que tiene razón. Cuando afirma que algo es imposible, muy probablemente esté equivocado.”