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El pasado miércoles asistí a mi cita mensual en el programa Afterwork de Eduardo Castillo en Capital Radio para hablar de la Dark Web. Es un tema que no está especialmente de actualidad, aunque siempre surgen noticias siniestras al respecto, pero habían surgido comentarios en programas anteriores y decidimos dedicarle este programa.

Para entender qué es la Dark Web es interesante conocer lo que NO es. Por eso empezamos hablando de otros conceptos como Surface Web o Deep Web.

La Surface Web o Web Superficial es la web que todos conocemos y que se caracteriza por dos cualidades indispensables: libre acceso (cualquiera puede acceder con un navegador estándar) e indexación (las páginas de la web superficial están indexadas en los principales buscadores como Google, Yahoo o Bing).

Serían parte de la Web Superficial, por ejemplo, los periódicos gratuitos, la wikipedia, las páginas web de las empresas, los blogs, etc. También la forman algunas páginas no indexadas pero a las que se puede acceder de forma pública, como Facebook, Twitter y otras redes sociales.

Se estiman entre 1000 y 5000 millones de páginas web indexadas que formarían la Surface Web, pero solo es una pequeña parte de la web global.

Llamamos Deep Web o Web Profunda a la parte de la web cuyo contenido no está accesible a través de motores de búsqueda estándar y que no se puede alcanzar de forma pública. Se estima que es el 90% del contenido total.  ¿Y qué páginas son las que forman la Deep Web? Entre otras, tendríamos:

  • Páginas convencionales protegidas por pago (periódicos, plafatormas audiovisuales como Netflix o HBO, todo tipo de servicios de pago, etc)
  • Las webs bancarias donde hacemos nuestra operativa personal
  • Los archivos guardados en la nube (plataformas tipo Drive, Dropbox, etc)
  • Las páginas dinámicas que se generan al consultar una base de datos (por ejemplo, la página temporal generada cuando haces una búsqueda de un avión a un destino y una fecha determinados)
  • Las páginas que han sido programadas para que no se indexen, por ejemplo porque están en pruebas, o porque es contenido es provisional o duplicado

Como vemos en estos ejemplos, en la mayoría de las páginas de la Deep Web no hay nada oscuro ni siniestro. Son páginas que por diversos motivos, no podemos ver libremente.

Así llegamos a la Dark Web: una pequeña parte de la Deep Web que cumple tres condiciones muy específicas: 1.- Está oculta a los motores de búsqueda 2.- No se puede acceder de forma pública (navegamos con IPs enmascaradas) y 3.- Tenemos que utilizar un navegador específico.

Es importante aclarar que debido a estos condicionantes, no se puede acceder a la Dark Web por accidente, es decir, no tengo que preocuparme porque acceda por casualidad y me encuentre sin quererlo con contenidos turbios. Además tiene un volumen relativamente pequeño: se estima que es solo el 0,1% de toda la Deep Web.

Aunque no es el único punto de entrada a la Dark Web, el más habitual es el navegador Tor, que me da la posibilidad de acceder a las páginas de extensión .onion que forman la porción más importante de la Dark Web. Tor se puede descargar gratuitamente de www.torproject.org. La denominación Tor proviene de “The Onion Router”, algo así como el “router cebolla” o el  “enrutado cebolla”. Su nombre nos da una idea de cómo funciona: la ruta desde mi ordenador hasta el servidor web no es directa como sucede con un navegador tradicional, sino que pasa por varios nodos aleatorios y va cifrando cada comunicación por capas, como una cebolla. Tanta encriptación hace que el precio a pagar por la privacidad sea una velocidad excesivamente lenta. Con Tor navegamos como en la web de hace una década.

Una vez instalado el navegador Tor en nuestro ordenador, no podemos utilizar Google para buscar páginas de la Dark Web, porque como hemos dicho, los buscadores habituales no indexan las páginas .onion. Por eso es que lo más habitual sea recurrir a directorios como The Hidden Wiki, una especie de páginas amarillas que clasifica la Dark Web en temáticas tan sugerentes como:

  • Marketplaces de drogas y sustancias químicas
  • Armas de todo tipo como pistolas, ametralladoras, equipos de visión nocturna, etc
  • Servicios de hacking
  • Pornografía y contenido erótico: celebrities, revenge porn, cámaras ocultas
  • Compraventa de “cualquier cosa”: además de armas, se ofrecen bases de datos, tecnología, visados, carnets de conducir, etc
  • Servicios financieros
  • Descarga de contenido crackeado como películas o software
  • Teorías de Conspiración para todos los gustos: ovnis, masonería, grupos extremistas, teorías anticovid, etc

Pero también me gustaría insistir en que no todo es oscuro en la Dark Web. Dentro de estas páginas también suelen alojarse activistas y personas que viven en países donde el internet convencional está muy censurado y controlado y necesitan este tipo de entornos para garantizar su actividad y su seguridad.

También hay contenido más o menos inocuo: desde comunidades y foros de variedades al estilo “foro coches” (Cebollachan, 8chan, etc), chats anónimos (Chat with strangers), servicios de correo anónimo (Mail2Tor, TorBox), una radio (Deep Web Radio) e incluso una gran biblioteca (Imperial Library).

Como siempre, el programa completo estará disponible durante unos días siguiendo este enlace.