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En el día de ayer participé en la Jornada Nacional “Los consumidores y la economía circular”, organizada por ADICAE, con un panel con consejos para luchar contra la obsolescencia programada. Mi intervención formaba parte de la mesa de debate titulada “cómo hacer accesible las ventajas de la economía circular a todos los consumidores” en la que también participaron otros profesionales del sector.

Puesto que las intervenciones eran muy cortas, traté de condensar mi participación en unas pocas ideas:

1.- La obsolescencia no solo es esa pieza que se rompe.

Más allá de lo que conocemos como obsolescencia técnica, la famosa piececita de plástico que siempre se rompe y convierte un producto en inservible, los consumidores también estamos afectados por la obsolescencia psicológica: cuando nosotros mismos convertimos un producto en teóricamente inservible por criterios emocionales como que “no está de moda”, “ha salido una nueva versión” o “no es suficientemente moderno”. En estas ocasiones, nos convertimos en nuestra propia piececita de plástico.

2.- Ayudar a tomar conciencia a nuestro entorno

Es probable que la mayoría de los asistentes fuesen personas que tienen plena conciencia de los problemas que supone para la sociedad la obsolescencia programada. Pero ¿qué pasa con las personas de nuestro entorno? Tenemos que ayudarles a tomar conciencia, especialmente a los niños, que están sometidos a una ingente cantidad de impactos de marketing. Tenemos que esforzarnos en buscar las palabras sencillas para que puedan entender que sus elecciones en el ámbito del consumo tienen consecuencias.

3.- Optar por la reparación como primera alternativa

Es tentador que ante la avería de un pequeño electrodoméstico, acudamos a un gran centro comercial y compremos uno nuevo, desechando el anterior. Los nuevos aparatos suelen tener precios muy ajustados que todos nos podemos permitir. Pero un producto nuevo no solo implica el coste de adquisición. Por ejemplo, ¿hemos pensado en los costes de los residuos generados o en el coste de producir la materia prima con la que se fabricó?

4.- Lancémonos a reparar

Además de millones de vídeos insustanciales, Youtube es un grandísimo repositorio de vídeos explicativos sobre el funcionamiento y reparación de todo tipo de productos. Prueba a buscar si alguien ya ha tenido la misma avería que tú en la otra punta del mundo y lánzate a experimentar con la reparación. No pierdes nada.

5.- Optimizar nuestra decisión de compra

Más allá de los aspectos cuantitativos y emocionales de un proceso de compra, estaría bien que también tuviéramos en cuenta algunas cuestiones relacionadas con la obsolescencia programada. ¿El fabricante suministra repuestos? ¿Contamos con una base de servicios técnicos razonable? ¿El producto dispone de una documentación adecuada para facilitar su reparación? ¿Facilita el intercambio de piezas gracias a un diseño basado en estándares?

Las conclusiones de la Jornada serán publicadas en diversos documentos próximamente. Iré actualizando este post según me vayan llegando.

Muchas gracias a los asistentes por la acogida y a todo el equipo organizador por permitirme participar.

ACTUALIZACIÓN (8/12/20): Ya está disponible el vídeo con la grabación de la sesión. Mi participación a partir del minuto 124.

ACTUALIZACIÓN (22/12/20): Video resumen de la jornada en 4 minutos.